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sábado, 10 de diciembre de 2011

Busqueda Eterna: CAPITULO 3 VISIONES

Holaaaa a todos!! Disculpen la tardanza es que no tenia inter :S Aqui esta el 3er cap :D 


-Espero tu respuesta ahora mismo Alice.
-Es que no te lo puedo decir ahora. Estamos muy acompañadas.  Además no es seguro aquí.
-Bueno esperaremos entonces. Ojala que no sea tan grave, o al menos que no sea un lo…
-No, no lo es.
 Interrumpió mis dudas. Era la visión más extraña que había tenido Alice en tanto tiempo. No quería voltear de nuevo, ya que había cosas más importantes ahora. La campana sonó. Esta vez tenía clases con Alice. Fue un gran alivio. No quería presentarme, y no tenía que hacerlo. Ganas tenía ese día, de no poder ser tan llamativa. Mirarme era lo normal para todos, e irritante para mí.
-Biología. Eso es lo que sigue. ¿Por qué hoy? No sé por qué rayos se te ocurrió la enorme idea de venir a clases hoy Alice.
-Que cominos importa… Sigamos.


-¡Alicia e Isabella Swan! - Nuestro profesor de biología, decía nuestros nombres a todo pulmón mientras apenas  tocábamos el suelo del salón.
-Alice… -Dijo con impaciencia mi hermana…
-Bella por favor.- Yo.
-Bueno, entonces que esperan vayan a sentarse, Alice tendrás que sentarte en aquel puesto, Bella, hay un puesto en allá. Siéntate allí. -Porque ese allí tenía que ser justamente el centro de toda la habitación. Y para empeorar, las mesas en parejas, en serio querían que los matara. Y un detalle peor de malo, uno de esos raros me tocaba como compañero de clase. Se tapo la nariz. En cuanto me senté. ¿Qué ·&”·$%”·$ Le pasaba? Tenía solo un estúpido e insignificante litro de sangre en mi cuerpo y ¿tan exquisito le parecía?  Sentía su cuerpo ponerse en forma de  ataque, y yo me puse en forma de defensa. Nos mirábamos con enojo. 1 Hora hasta que escuche un crujido, su lapicero estaba roto. Escuche el timbre sonar, Alice, estaba mi lado en un abrir y cerrar de ojos, lo miraba con odio. El chico se levanto tan deprisa, como humanamente le fuera posible y le paso por un lado a Alice. Salimos detrás del, y sin querer lo estábamos siguiendo.
-¡Edward!- Dijo la rubia de la cafetería a lo lejos. Que al parecer era su “hermana”.-Debemos irnos ya. -¿A dónde? Faltaban horas de clases. Pero aun no me percataba del nombre “Edward”. Más conocido se me hizo. Aquel imbécil que quería matarme me parecía tan familiar.
-¿Estás bien? ¿No te hizo daño?-Pregunto Alice.-Lo siento es que no sabía quién…
-Tranquila estoy bien no pasa nada. -El recuerdo de su mirada siniestra me estaba enloqueciendo. Vi como el extraño chico se desaparecía entre los demás del pasillo.
Luego nos toco la materia más difícil de controlar, gimnasia. Y lo peor fue que nos toco jugar tenis, en parejas de dos. Ganamos obviamente, pero casi nos delatan las raquetas de tenis, estaban casi descocidas, y un poco calientes. Las desechamos, para que el profesor no se diera cuenta y pues por supuesto nos encargaríamos de encontrar unas iguales después.  Luego al cambiarnos de ropa, Alice se quedo inmóvil, como si se hubiera percatado de algo.
-Ah, ya entiendo. Debió ser por eso. –Me preguntaba de que trataba su frase.
-¿Qué pasa Alice?- Pregunte confundida, al parecer no era algo muy bueno.
-Las nubes desaparecerán, el sol se asomara, Bella así no puedo salir de aquí. Al menos que tu…
-No, me quedo entonces. No puedo dejarte sola.-Que frase tan estúpida salió de mis labios, Alice no pudo evitar reírse.
-No Bella, vete. Recuerda que debes comprar unas cosas para el jardín.
- Emmm… No Alice, entonces, mejor me iré a casa caminando.-Dije- Tratare de que no me vean ir al bosque.
-¿Sola?- Me pregunto incrédula- Crees que te dejare irte por el bosque, ¿sola?
-¿Acaso alguien me va a comer?- Le respondí con otra pregunta, al parecer no le gustó  mucho. Su cara era otra vez lejana.
- No, no te irás por el bosque, te irás en el coche, pasarás buscando algunas cosas para la casa, y para el jardín.-Se reía a sus adentros.
-Hum… Espero sea así, te veo luego.-Di media vuelta y salí. No me creía eso de “vas a comprar algunas cosas para la casa”. Llovía fuerte, pese a que había dicho que habría sol. Me dirigí vía a casa, pero una tienda de antigüedades, y pues me llamo la atención, de repente me vino a la mente: estúpida hermana mayor que ve el futuro. Obviamente me llamo la atención así que maniobre para estacionarme.
 Había un tipo todo canoso con los ojos hinchados y una cara tan rara que en mis casi 200 años no me había parecido tan fea. Entré, e intenté no quedar boquiabierta. Era como si hubiera retrocedido el tiempo para tomar cosas del pasado.
 El hombre me miraba extraño mientras tomaba casi todo. Lo puse frente a él y al parecer meditaba. Ni siquiera había respondido y puse el dinero sobre la mesa. No compre cosas para el jardín, pero compre cosas, eso contaba, ¿no?
 Embolsó todo y lo metí en la parte de atrás del auto. Arranque un poco sorprendida por ver las cosas que había comprado, me dirigí esta vez a casa, esperando que no tuviera más interrupciones. Cuando llegue, no baje nada de lo que compre cuando entre, así que subí las escaleras rumbo a mi cuarto, y por cierto, ya se había asomado el sol. Brillaba fuertemente contra los espejos que adornaban la sala.  Cuando entre a mi habitación, Alice estaba ahí,  sentada justamente frente a la luz del sol. Me miraba raro.
-Ah, ya se, ¿Qué fue lo que viste esta mañana?- Pregunté, no me gustaba mucho la idea, con solo pensar en ser la estúpida lámpara, era frustrante. Cerró los ojos, como si buscara algo, los abrió y empezó a hablar.
-Estaba en el bosque, todo era oscuro, y luego, aparecí junto a alguien, como yo, pálido y con ojos dorados, me acariciaba y  me tomaba de la mano y decía cosas que aun no he podido entender. –Sus palabras salían entrecortadas.-Tengo miedo, Bella.
-Ah, por favor Alice, tiene que ser una broma, no te imagino con alguien así, no amas la sangre humana. No creo que seas capaz de matar a alguien por amor, y no entiendo porque has de tener miedo. ¿Qué podría hacerte daño?
-Él, es el único. No quiero dejarte, eres mi hermana pero cada hora que pasa hace más fuerte mi visión. No quiero cometer ningún error.
 Pero ella no me había dicho quien era el chico, me quede viendo el suelo y pregunte sin levantar la mirada.
-¿Cómo se llama?
-Jasper Hale.-Sus palabras salieron precipitadas.
-¿Q-quien es él?- Pregunte de nuevo.
-¿Recuerdas el chico que intento asesinarte esta mañana?, bueno, Jasper es su hermano.
-¿Qué? P-pero, ¿EL?-No lo creía, no me tragaba eso.- ¡Ni siquiera lo conoces! Esto es increíblemente absurdo, por la cara que tenia, no parece muy tratable, debe ser como su estúpido hermano Edward.
-No lo sé Bella, pero todo esto será gracias a ti, todo esto, siempre que recuerdo esa visión, tu rostro aparece al final de mis pensamientos, de mis visiones.
-Creo que no permitiré eso, al parecer no estás de acuerdo.-Por supuesto que no lo estaba, se notaba en su rostro.
-No, no lo estoy, ¿Por qué habría de estarlo? Digo, es bueno que al fin me guste alguien, ni  si quiera sé porque me gustará pero lo que no entiendo es porque pienso que no es buena idea que me vaya a gustar alguien como él. No lo logro detallar, y, no le veo nada interesante- Rodo los ojos y luego los cerro. Se quedo quieta y luego volvió a abrirlos- ¿Dónde está el celular?
-Creo que esta en alguna bolsa guardado en el fondo de tu enorme closet, ¿Cuándo fue la última vez que lo usamos?- Termine de decir eso con sarcasmo cuando escuche un timbre, el celular sonaba, en algún lugar del closet de Alice. Se levanto y rápidamente se dirigió a buscarlo.
 Cansada, de no sé qué, me lance a la cama, a pensar sobre los fastidiosos pero interesantes ojos negros que vi en la mañana. Lo que más rabia me causaba era que a pesar de ser la persona más inmadura que vi en mi vida, no paraba de pensar que no era la primera vez que los veía. Todo eso me estrujaba los sesos y me provocaba gritar y jamás parar.
-Se supone que ibas a comprar cosas para el jardín, no gastar el dinero en cosas que no necesitamos- No me había dado cuenta que Alice había regresado de hablar por teléfono, al parecer no estaba muy contenta.-Courney llamo.
-Lo siento, es que me llamo mucha la atención esa tienda-Me extraño que Courney llamara-¿Qué dijo?
-Está bien, Blane también lo está, pero tuvieron un pequeño problema, se habían topado con 4 vampiros hace 2 días, llamaron mucho la atención y decidieron irse a vivir a Canadá. Ella también me dijo que se dirigían hacia acá. Tal vez no los encontremos en 2 o 3 meses.
-Vaya, ¿Por qué tardaran tanto en llegar?
-Seguro se conseguirán buenas presas- Me afirmo. Tal vez le quemo un poco la garganta al ver que quedo callada, luego se la aclaro y siguió hablando.- En cuanto a ti… Se supone que no deberías gastar dinero en cosas tan antiguas, ya nos basta con nosotras-Soltó una risita seca y yo hice lo mismo- Tus gustos siguen siendo los de una princesa, por lo menos logre convencerte de usar zapatos altos, y algunas minifaldas.
-Aquí no usaría eso y me siento un poco rara caminando junto a una lombriz enana con plataformas- Escuchaba sus risas discretas y la veía ir y venir en el futuro.- ¡Y, yo, no-uso-mini-faldas!
-Está bien, de acuerdo pero eres capaz-Luego miró hacia la pared, y volvió a soltar una carcajada-Lo siento, me equivoque, para nada eres capaz, a pesar de tus joyas y lindos accesorios sigues siendo una chica tímida.
-Gracias por el cumplido.
-Bella, no sé como vaya a tomar esto pero por favor, te pido que no cambies conmigo, no dejes de ser mi gran hermana.
 Parecía despedirse, pero yo solo intentaba no pensar en eso. No respondí a sus palabras y me quede en silencio, de repente cambió de ánimo y sus relucientes dientes se volvieron  a ver.
-¡Demos un paseo! Creo que debemos presentarnos a nuestros vecinos.
-¿Vecinos?- ¿Desde cuándo nuestros vecinos estaban a 1 kilometro de nuestra casa?
-¡Sí! Tal vez tú y ese chico malévolo hagan las paces y no se tienten más.
-No, apenas lo conocí hoy, no quiero tener más nada que ver con ese inmaduro.- Alice volvió a cerrar los ojos y entonces sus labios se curvaron formando una sonrisa triunfante, eso quería decir que si iría a presentarme. Intento abrir la boca para hablar y  yo le puse un dedo en la boca.
-¡No! Digas nada. Ya vengo, me iré a poner presentable, pero por favor, prométeme que regresaremos temprano, ¿Si?-Alice frunció el ceño y asintió con la cabeza.
-Este será un extraño día… -Escuche decir muy bajito.
-¿Qué?
-N-nada anda, v-ve a arreglarte. 

jueves, 8 de diciembre de 2011

Tortura de un Amor Prohibido

Capitulo  1: El comienzo de mi sufrimiento.
Mi familia era una de las más adineradas del país. Como siempre, al tener una hermana con el físico similar al tuyo, y que, por cierto, era alcohólica, por supuesto que a cada rato te confundían con esta.
 Un día llena de aburrimiento, mi hermana, Carlie, me invito a una fiesta, ya que, mis padres le habían prohibido salir sola, al menos que fuera acompañada por alguien, así que, para complacerla decidí acompañarla.
 La noche se apoderaba de las luces que alumbraban la carretera. A lo lejos se vio una casa, llena de basura y con muchas personas, todas, al parecer ebrias. Se estaciono y me dijo:
-Espera a que vuelva, aquí.-Y entro a la casa de la “fiesta”.
 Espere y espere, casi mis ojos cerraban cuando escuche abrir la puerta del lado del conductor.
-¡Ya es tarde debo irme! No me toques estúpido infeliz.- Gritaba Carlie a un hombre que estaba jaloneándola por la camisa, llena de rabia y con los ojos hinchados al parecer de tanto llorar, en sus labios había un pequeño derrame de sangre, y entro al auto. Lo encendió y arranco a toda velocidad.
-Carlie, ponte el cinturón, vas muy rápido- Le decía, pero ella no parecía escuchar, estaba como ida, y balbuceaba un montón de cosas que no entendía.- ¡Déjame conducir! ¡Vamos a estrellarnos!
 Sus labios se curvaban para que apareciera una leve sonrisa, cuando de repente una anciana intento cruzar la calle, no sé como paso, pero de manera súper rápida hundí el freno de mano, y la anciana se aparto a un lado.
-¡Maldita anciana! Me has hecho sangrar.-Dijo Carlie, al parecer con los ojos en blanco y una especie de espuma salía de su boca, junto con sangre. La anciana se levanto, y su aspecto era tenebroso, sus ojos eran arrugados y sus mejillas llegaban a los hombros, se acerco al auto, abrió la puerta, y no pude dejar salir un grito al ver aquella anciana sacando a mi hermana del coche. Carlie se reía, se reía con unas ganas tan extrañas, inexplicables. La anciana empezó a decir  unas frases raras, y yo en medio del shock, me baje del auto para intentar sacar a mi hermana de lo que le estaba haciendo aquella vieja.
-Veremos quién esta maldita ahora.-Dijo aquella mujer cuando intente sacar a mi hermana de sus asquerosas manos.
-Vieja insolente, tus trucos y brujerías no me van a dañar.-Dijo Carlie, sabía lo que le estaba haciendo, después de todo, aquella mujer era una bruja, una mujer con deseos no muy buenos.
-¡Basta Carlie! ¿Qué es lo que te está pasando?-Baje la vista para mirar su rostro, y cuando quise mirar a la vieja de nuevo, ya no estaba.
 Carlie metió la mano en el bolsillo de su chaqueta, y saco unas pastillas.- ¿Quieres?- Me pregunto.
-¡Te has vuelto loca, Estas drogada!- Chille, la agarre por los brazos y la metí en el auto de nuevo, ya no eran risas lo que emitía, sino sollozos, y luego lagrimas de dolor. Llegamos a casa, y mi cabeza empezó a dar vueltas, con solo imaginarme la cara de decepción de mis padres al ver que no fui capaz de proteger a mi hermana, teniendo la oportunidad de hacerlo, era horrible.
 Y aparte de que una anciana le había maldecido a mi hermana, ¿Qué más podía salir peor? Aunque aun no creía aquello de lo que acababa de ser testigo, no podía  subestimarlo. 
2 DIAS DESPUES.
 Todo iba bien, mi hermana se recuperaba de su depresión, lo de aquella extraña mujer ya había quedado en el pasado, fue cuando me percate que era solo para asustarnos a mi hermana y a mi.
 Carlie ya era consciente de lo que había hecho, así que acudió a mí, para disculparse por su mal comportamiento.
-Claire…-Me dijo, estaba sentada con el celular testeando, así que, para que se sintiera mal, y se diera cuenta de lo grave que estuvo ese día, decidí ignorarla.- Perdóname por favor, no volveré a hacerlo, te lo juro.
-No hay de que disculparse, siempre y cuando me hagas un solo favor.-Dije, levantando la cabeza para que viera lo serio que me estaba tomando el trato.- Quiero que me acompañes a la universidad en la noche mañana, debo entregar un informe, y es un poco peligroso por ahí, ya que tienes auto puedes llevarme.
-¡Sí! Claro que sí. ¡Gracias! ¡Claire eres la mejor!- Pego un brinco y me abrazó. Nuestras deudas estaban resueltas.
UN DIA DESPUES.
-Gracias por acompañarme de verdad te lo agradezco Carlie.- Le agradecí, y entonces salimos apresuradamente de la universidad, estaba todo muy oscuro, hacia frio, y entonces Carlie profirió un grito devastador, volteé a verla, y estaba en el suelo. Ráfagas de gritos empezaron a salir de manera agonizante de sus labios, parecía convulsionar, y yo solo podía tomarla de los brazos sin saber qué hacer, cuando nuestras voces hicieron coro al ver una sombra pasar por detrás de nosotras. Carlie gritaba tanto, que mis témpanos parecían explotar.
 Solo quede en shock, cuando vi que empezó a sangrar por la boca, grandes cantidades de sangre.
-¡¿Carlie!? Grite, y solo me miraba y miraba hacia unos árboles. Y entonces escuche un crujido, que venía desde su cuerpo.
-C-corre Claire, vete de aquí.- Me decía, pero no le entendía bien por la sangre que votaba por su boca, lagrimas de sangre derramo, y yo solo intentaba buscar el celular para llamar a emergencias.
-¡No, vete de aquí!-Y su mano me dio un pequeño empujón, no lograba decir nada, solo llorar y tratar de consolarla.- Te matara a ti también si no te vas.- Me miro y luego sus ojos quedaron en blanco, dejo de convulsionar, y de moverse. Por última vez hice caso a sus palabras y empecé a correr, una sombra pasó frente a mí. Me detuve, y luego mire a todos lados, buscando a alguien que me ayudara. La sombra seguía merodeando por allí, y entonces recordé la frase que había dicho aquella mujer a Carlie hace 3 días, “Veremos quién esta maldita ahora”, me estremecí al darme cuenta que sus palabras no fueron en vano. Algo toco mi hombro, y solo me quede quieta.
-Sigues tu.- No podía haber  una voz más horrenda que esa. Cerré los ojos  y me prepare para morir al igual que mi hermana. Y entonces dure casi como 2 minutos allí, temblando, quería gritar pero al solo recordar la malévola voz de aquel monstruo sin piedad que hizo sufrir a mí pobre hermana.  Me di cuenta que nada me iba a pasar, ya que cuando abrí los ojos, no había nada. De nuevo la horrible cosa dijo algo, pero esta vez no sé de donde rayos provenía.
-No te matare, pero ten por seguro que sufrirás el resto de tu desgraciada vida.- Y ese día fue que quede condenada, para siempre.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Busqueda Eterna: CAPITULO 2: FORKS

Extraño, por primera vez sentía algo de tranquilidad, el pueblo se veía despejado, aunque sin ningún rayo de sol. Pequeñas goteritas caían del oscuro cielo. Grandes cantidades de arboles hacían una especie de túnel alrededor de la vía. Y aunque se veía mejor para sobrevivir. No me sacaba alguna sonrisa. Nada. Solo pensaba en que algún día todo terminaría, todo tendría su fin, y nosotros por fin tendríamos paz de verdad.
El hermoso audi TT negro estaba empapado, Alice, conducía mientras que tarareaba una de sus infinitas cantidades de canciones y yo iba atrás en silencio. Era un lunes. El día en que para mi hermana y yo, comenzábamos el clásico regreso a clases.
-¡Ah! ¡Esto es sensacional! Al fin podre salir por las calles sin tener que usar guantes y velos. Como si fuera una viuda. Decía Alice súper contenta.- ¿Qué te parece Bella? Preguntó.
-Si está bien.  Dije. Y luego note el rostro de Alice.- ¡Oye se supone que ves visiones sumamente importantes!
-Pero para mí es muy importante que estés feliz. ¡Sabia que dirías exactamente lo mismo! Decía Alicia. Pues en algo tenía razón, debía estar feliz. Pero cuál era el motivo. Que las personas no supieran que éramos monstruos claro.
-Lo siento. ¿Sí? Tratare de ser feliz.
-Espero que lo hagas. Dijo. Al terminar la frase se bajo del auto, ya que estábamos estacionados en nuestra nueva casa. Más bien una mansión de unos 3 pisos. ¿Por qué tan grande?
-¡Listo llegamos! Dijo Alice.  Ágilmente tomo todo el equipaje y lo llevo a la casa. Paredes de vidrios, mesas por doquier, como 6 habitaciones y una cocina. ¡Una cocina!
-¿Qué te parece?
-Parece un hotel. ¿Por qué tan grande? Solo somos dos.
-¡Ha! ¡Es el único lugar que tendremos a solas Bella! Así tendremos más cosas que hacer. Además, la líder se merece algo sensacional.
-Yo no soy la líder, si lo fuera no estuviéramos aquí. No había líder. Solo nos amábamos y compartíamos las mismas decisiones. Me dirigí a una de las tantas habitaciones que había. Escogí la más pequeña. Era acogedora, y pues me sentía a gusto. Rápidamente ordene la habitación, quite las cortinas que tapaban todos los muebles, sacudí las mesas, limpie el suelo, y coloque cada uno de mis libros en el enorme multimueble que había en ese cuarto.  Pero había algo extraño en toda la habitación. Era pequeña, pero el closet era aun más grande que esta. Quede completamente impresionada, ¿acaso no tuve algo similar alguna vez? En fin, en menos de una hora ya toda mi ropa, mi gigantesca cantidad de ropa estaba metida en el enorme closet. Y al ver todo ordenado, no hice mas nada que recostarme en mi cama, que la usaría, una vez a la semana. Escuchaba crujidos, chillidos en el suelo, muebles moviéndose, y veía como diminutas pelotitas de polvo pasaban por debajo de la puerta hacia mi cuarto, hasta que Alice entro.
-Hora de prepararse. ¡Levántate!  Dijo
-¿Qué? Acabamos de llegar.
-Sí. Pero eso no quiere decir que no iremos a la escuela. No puede ser. Alice ya quería ir a la prepa, mientras yo solo quería ducharme y detallar toda la casa, además de no moverme de allí.
-¡Vamos, vamos, vamos! ¡Es tarde! Decía, mientras que sacaba y sacaba ropa de mi closet, y yo no me movía. –Ten, ponte esto. ¡Ah! Primero báñate. Y me jaloneo por el pie, yo me tomaba de las sabanas, pero solo conseguí rasgarlas. Me alzo y me metió al baño con todo y ropa, y me vi obligada a bañarme.  Al salir, vi en mi cama, una blusa de tirones con vuelos purpura, junto a unos jeans negros, y plataformas del mismo color que la blusa. Yo no sería capaz de hacer eso. Así que cambie los jeans por unos todos viejos y de color gris y rotos, y las plataformas por unas mucho más bajas, del mismo color que la blusa. Me vestí, y solté mi notable cantidad de cabello, haciéndome solo un moño. De todas maneras, pasaría exactamente lo mismo que en las otras ciudades.
-¿Así?  Pregunte, quien ya estaba lista, esperándome sentada en mi cama.
-No para nada me alegra, pero no se ve mal. ¡Y ya quiero ir!
Alice se vio por última vez en el espejo, y se dirigió a la salida de la “casa”. Yo salí al rato. No estaba muy interesada en ver como seria la escuela. Pero tampoco estaba con ganas de pegarme contra el  piso. No se veía mal el lugar. Un montón de arboles tapaban los alrededores de una especie de edificio, que se veía más descuidado que una anciana. Había una cantidad significativa de autos viejos, y ahí fue cuando me arrepentí de haber traído el auto nuevo de Alice, bueno después de todo yo fui la que decidió llevarlo el primer día de clases. Uno de los más viejos y que parecía chatarra era una chevy roja estacionada en un rincón del aparcadero.  Era patética, claro, como siempre estaba llena de lujos, y nunca me faltaba nada, pero se suponía que no importaban los demás, solo que estuviéramos bien y no lastimáramos  a ninguna persona. Y por supuesto, yo no había cazado en un mes, Alice me decían que lo hiciera, pero no iba a matar a un animal inocente solo para alimentar a un monstruo. En cambio ella llego preparada, toda casi hinchada de toda la sangre de animal que bebió.
Alice se bajo primero del auto, el cual estacionamos al lado de un volvo muy sofisticado, al parecer, el único auto lindo en todo el estacionamiento, aparte del nuestro. Todos miraban con atención a las “nuevas” y quedaban sorprendidos al ver nuestro auto, ¡No es nada del otro mundo!, pero nosotros sí. Todos los clásicos murmullos empezaron a escucharse, mientras yo prefería salir un ratito después, no estaba lo suficientemente preparada como para salir lloviendo y oler la esencia de todas esas personas. Respire hondo, y contuve la respiración. Me estaba arrepintiendo de haber aguantado tanto tiempo sin cazar. Salí, y varios chicos dejaron caer su mandíbula, ni que fuera una supermodelo o algo así. Alice me esperaban resguardándose de la lluvia en la entrada, mirando a sus alrededores. Me prestó su chaqueta, una beige de cuero. Entramos y todos nos miraban. Odiaba eso, siempre tenía que soportarlo. Debía entrar a clases, según lo que leí en los papeles de mi inscripción. No era fácil ser cuidado por tu hermana mayor, pero esa era la única forma de que no nos alejara la ley, siempre que sospechaban algo, dejábamos el polvo. Mi primera clase, ingles, tan fácil, aunque debía suponer que era difícil. Aun cargaba la chaqueta de Alice puesta cuando se alejo a su salón, yo quede sola. Mire al frente y me puse la capucha, cuando leí que decía el nombre de la profesora en una de las aulas,  fue cuando me dieron ganas de no entrar.
 Dure un minuto allí, parada justo a 2 pasos de la puerta. Sonó el timbre, y todos los bobos que me miraban se fueron, y quede sola, y como una estatua allí, esperando no se qué. –Asshhhh ¿¡Porque a mí!? Decía en mi mente. Me recosté en la pared, al lado de la puerta, cerré los ojos y…
-¡Señorita Swan!  ¡Qué gusto ver que ya está aquí! La voz de una anciana me interrumpió, abrí los ojos, y me di cuenta que era la profesora de inglés.- ¿Se quedara allí? Me dijo. Yo aun estaba recostada, viéndola, sin hacer nada, hasta que rompí el hielo.
-oh, Sí. Si, lo estoy. Dije  parpadeando unas veinte veces. Tome mi mochila, que la había tirado en el suelo y levante de nuevo la mirada. La profesora había entrado para, presentarme con los demás alumnos. –Teacher. Llame la profesora, no quería que me presentara, al menos no en su clase. ¡O mejor en ninguna! Sería muy peligroso que alguien quisiera ser mi amiga o amigo.
-Dígame señorita. Me dijo con mucha amabilidad regresándose a donde estaba yo.  Quise sonar igual de amable, para que no pensara que era una falta de respeto por lo que le pediría.
-Sé que es descortés de mi parte, pero me gustaría mucho que solo me dejara entrar, no se preocupe por mí, yo misma me las arreglare después para conocer a mis compañeros de estudio. Esperaba un no. Pero el rostro de la señora no parecía serio, más bien cautivado. La profesora acepto mi propuesta, un gran alivio. Aun tenía la capucha. Entre, y todos se quedaron callados. Logre ver un puesto libre al final de la fila. Me quite la chaqueta mientras caminaba hacia mi asiento. El cabello estaba un poco mojado. Me senté, y luego la profesora empezó a dar su clase.
No estaba nada perdida, y luego la profesora me llamo, al ver que yo estaba algo distraída. Me pregunto que si había algo mas interesante que la clase, en ingles. Yo respondí que si había algo mas interesante, y es que la profesora no se había dado cuenta que  uno de los alumnos se había quedado dormido. Y pues eso era lo que me tenía distraída, ya que estaba haciendo un dibujo de ese mismo chico en mi cuaderno.  Todo eso se lo explique en ingles, y todos me miraban, hasta que le mostré el dibujo a la profesora. El timbre volvió a sonar, y el chico se despertó. Fui la primera en levantarme para salir, hasta que escuche un murmullo, uno más bajo que el de los demás.
Era un chico, con la misma piel, cabello algo largo, marrón. Tenía algo diferente, pero que me iba a importar, seguro era un idiota humano. Hasta que vi sus ojos. Negros, similares a los míos. Tome la mochila y salí en cuanto pude. No quería recordar lo que vi y no veía a Alice por ningún lado, caminaba, y me sentía perdida, había muchos pasillos. Varios chicos me silbaron, los cuales ignore. Volteé, un momento, porque en realidad estaba muy perdida, de repente tropecé con alguien, de espalda. A pesar de haber cambiado y ser un poco menos tímida, aun tenía algo de mi torpeza natural. No me dio tiempo de verlo, o verla, pero era una persona humana. Luego la tome por el estomago, y sujete rápidamente los libros que cargaba en sus brazos, los cuales había soltado, con la otra mano. Levante a, la chica, era una chica, y le di los libros. Era no tan normal, era pálida, muy pálida, casi como Alice. Sus ojos, de un verde muy oscuro, casi negros. Me miraron con curiosidad. ¡Ah! ¡Necesito encontrar a Alice! Ya tendrás tiempo para ver lo extraña que soy. Era lo que quería decirle. Sin querer respire un poco, y esta chica ya me volvía loca. Tenía un asqueroso perfume, y todos mis instintos querían en vez de atacarla, decirle lo raro que olia. Pero no podía romper mi record. Ya tenía más de 50 años sin probar ni una gota de sangre humana. Y sin hablar comúnmente con alguien. Al menos humano.
-Lo siento, tendré más cuidado a la próxima.-  No habría próxima. La deje allí, como que, en shock, y a lo lejos del pasillo pude ver que decía cafetería. Seguí caminando y al entrar vi al fondo a mi hermana, sentada esperándome. Supongo que había visto que yo seguiría su aroma. Camine hacia donde estaba, con ese incomodo paso humano.
-¡Hasta que llegaste! Dijo. Me senté, y trate de silenciar los chismorreos de los demás. Me recosté en la mesa, y cerré los ojos.
-Es que son tan extraños… Abrí los ojos de golpe. Estaba obligándome a no voltear. Hasta que no pude resistir. Gire mi cabeza, y hacia el otro lado de la cafetería, pude ver a quien nos había dicho extraños. Había  cuatro chicos. Entre los cuales estaba el chico de ingles. Junto a ellos, una rubia, hermosa, era como ver a Courney, solo que su forma de ser era diferente, como molesta. Con ella estaba sentado un chico musculoso, pálido, al igual que la rubia,  que al parecer era su pareja. En realidad se miraban mutuamente como Blake y Courney. El último de ellos, era un poco más juvenil. Este no era tan musculoso, pero aun así se veía igual de pálido. Su cabello, de color cobrizo y su rostro era de una piel tan suave, era como si la hubiera tocado con la mirada. Este mismo chico jugueteaba con una papita en sus manos (si es que así le dicen) porque ya ni recuerdo los nombres de la comida humana.
-Bella
-¿¿Queeeeeeeeee..?? Pregunte como que enojada. Me había interrumpido, estaba concentrada en unos chicos, los cuales me ignoraban.
-¿Estás bien?
-Sí, ¡si lo estoy!
La curiosidad quemaba.  Volví a voltear y justamente al hacer esto aquel chico de pelo cobrizo levanto sus ojos. Negros. Al igual que los míos, los cuales me miraban con delicadeza, y curiosidad, lo contrario a lo que yo siento cuando estoy sedienta. Rabia y amargura. Aquel lugar lleno de gente se convirtió en un lugar vacio, sin nada. Solamente 2 vampiros mirándose extrañamente. Era como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo, solo que era la primera vez que lo veía. Fue como un rayo que recorrió todo mi cuerpo. Una sola línea. Voltea, voltea ¡idiota voltea!  Mi cabeza me lo pedía. Mi corazón lo impedía. Estuve a punto de voltear cuando este desvió la mirada a la rubia al parecer, de rabia. Era como si pelearan con la mirada. No podía dejar de pensar en lo extraño que me fue ver  aquel chico a los ojos. Hasta que mi cabeza giro.
-Distráeme por favor. ¿En que estaba pensando?
-¿Estas demente? Me pregunto.
-¡Algo así! Pero hablo en serio. Distráeme.
-Bueno, ya que eso quieres, apostemos. ¿Apostar? Sabía que hablaría de comer algún alimento humano. Claro que el alimento eran ellos. Pero siempre me agarraban desprevenida. Ya que siempre perdía.
-No lo sé. ¡Hagamos una cosa! Dejémoslo para mañana. Así estaré más segura.
-¡Dijiste que te distrajera!
-Pero no de esa manera.
-Bueno si tanto quieres distraerte ve a botar estos “restos” de comida. Al menos no comería esa porquería. Tome la bandeja y fui directo a la papelera. Cuando regrese, Alice se veía rara. Si, vio una visión.
-¿Qué? Le pregunte al regresar. ¿Qué viste?
-No lo sé, era extraño. Sobre mí. Estaba…
-¿Estabas?
-¡Con un chico!
-¡Agrrrr noo! No ahora. Estamos bien. No necesitamos a un humanito.
-Pero no era humano…
-¡Con más razón! Ellos son… Espera ¿qué?
-Mejor te lo digo en casa. Continuara…

Pronto nuevo fic

Tortura de un amor prohibido
Personaje principal: Claire. Para mayores de 13. Este es el prologo chic@s. Espero les guste y se animen a leerlo:

Ya no había lugar para esconderme, en todo pequeño agujero que me metía, esa sombra tentadora me perseguía, ¿por que tenia que escoger, de casi miles de millones de personas, a mi hermana y a mi? Cada vez que intentaba abolir esos dolorosos y sangrientos recuerdos, de aquella tortura de hace mas de 10 años, solo conseguía verlas como una simple película frente a mis ojos, y para empeorar, se veía como si fuera en 3D, como si acabara de pasar. Nunca lo olvidare, pero no me rendiré, conseguiré escapar, así tenga que bajar al mas profundo de los agujeros de este planeta, para escapar de ti, mi perseguidor, mi asesino y sin darme cuenta, mi único amor prohibido.